Durante la pandemia hizo que el estado en el que se encontraba la empresa de Carla Dávila aumentara teniendo más producción y por ende muchas más ventas de las estimadas para la etapa de la cuarentena.

Carla Dávila (29) es una empresaria en el rubro de Repostería y Pastelería en La Molina, desde que que comenzó la cuarentena sus productos aumentaron debido a que la mayor parte de la población estaban en sus casas, haciendo que las ventas en los postres subieran porque muchos de ellos consumían en mayor cantidad los productos de pastelería.

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En este tiempo las ventas comenzaron a bajar por lo mismo que ahora todas las empresas de Pastelería comenzaron a abrir, además de ello muchas de las personas comenzaron a trabajar y ya no pasan mucho tiempo en casa, además que en la esquina de tu casa uno puede encontrar un lugar donde vendan postres al alcance del bolsillo y esto hace que las ventas bajen, pero los mismos clientes recomiendan a más personas por la calidad del servicio y del producto.

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Se tuvo que mover más sus redes sociales de “DulceCracia”, para así poder poner publicidad que nuevos clientes puedan probar sus postres y conseguir más ventas, interactuando con los clientes para que tengan una atención adecuada, además de los sorteos semanales que hacían. “Tuvimos que despedir a algunos de nuestros empleados para un mejor control y contratar un personal que se encargue de todo para equilibrar los gastos” señaló Carla.

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Actualmente sigue haciendo sus estrategias para poder seguir al margen del negocio de postres, llegando a tener un máximo de ventas de 50 postres diarios en menor alcance como tenia antes, pero aún así los ayuda para poder llevar todos los gastos por el alcance de la publicidad que ponía, sobre todo porque sus postres eran de calidad y a un precio sincero. La empresa de Carla cumple con todos los protocolos de seguridad para que sus clientes al recibir los productos se sientan satisfechos y sin la necesidad de pasar algún contagio.